Ahora que me mudo a Madrid, miro mis fotos y los muros de mis calles con una especia de melancolía futura. Sí, soy feliz en Valencia, me gusta mi barrio, El Carmen, mis vecinos, y sus muros. El street art embellece las calles y las hace únicas. Me gusta respirar ese aire joven y de rebeldía que suspiran las paredes. Y ahora que me encuentro entre un viaje y otro, intento tatuarme en la mente esa luz y ese estilo valenciano que tanto me gusta.
Valencia, no te abandono, siempre volveré.