Hoy la presidenta de Brasil está en España, en la cumbre Iberoamericana que se celebra en Cádiz, y estoy siguiendo la cobertura que están haciendo los medios hacia este acontecimiento.
Sin duda lo que todos destacan es el constante crecimiento económico que está teniendo este país y los acuerdos a los que España puede llegar con ellos. Algunos citan que está teniendo lugar el juicio de corrupción más importante del país desde el fin de la dictadura, pero se quedan en eso. También citan que algunos ministros del gobierno de Dilma se marcharon ante las acusaciones de corrupción.
En esta cumbre se realzan las posibilidades de la unión comercial y económica de España con Brasil, con Telefónica, Santander e Iberdrola como ejemplos, de la llegada en los próximos años del mundial de fútbol y de los JJOO.
Pero no se habla del aumento de requisitos que desde abril tienen todos los españoles para visitar el país, y para quedarse allí. O de la huelga que la Policía Federal tuvo desde agosto hasta octubre y que creó tremendas listas de espera para los permisos de residencia o renovación de visado y de las consecuentes multas que se están viendo obligados a pagar los españoles que están allí.
O huelga que los profesores y el personal de administración han llevado acabo en la enseñanza pública federal desde mayo hasta septiembre. El fin, el mismo, mejorar los salarios.
También he leído los destacados de la entrevista entre el Rey y Rousself, invitando a las empresas brasileñas en España, pero ¿es algo que los empresarios brasileños ven interesante? interesante y factible diría yo. Estando allí me leí un libro (Na Toca dos leões: a história da W/Brasil) que recorre la historia de la W/Brasil (una de las agencias de publicidad más exitosas del país y galardonadas del mundo) y habla de su periodo de expansión, de la apertura de la W/USA, W/Portugal y W/España y su posterior cierre, debido a que internacionalizar una empresa supone conocer al nuevo país tanto como al propio y tener un buen asesoramiento. Tal vez fuese por eso que ahora sea W/McCann, pero ese es otro tema…
Brasil es un país enorme, con tremendas diferencias internas, nada tiene que ver Belem con Florianópolis, o Manaos y Porto Velho, o Bello Horizonte con Rio.
Es un país inmensamente rico en cultura, naturaleza, materia prima, pero saber manejar tanta extensión también lo es. Sus problemas de corrupción, de delincuencia, de salud, de respeto hacia los indígenas.
Me falta contexto, el Brasil del que hablan es real, pero es una visión muy parcial de un conjunto muy amplio.
El Brasil que yo conocí es el que forma su gente y su naturaleza, un pueblo que desea seguir creciendo, que saben que tienen que afrontar y resolver muchos problemas. Y también es un pueblo que en ocasiones se siente alejado de las elecciones que hacen los mandatarios de turno y de los grandes grupos empresariales. Vamos, lo mismo que en España y en otros países, así que queridos medios, queridos políticos, no nos mintáis con una nueva gallina de los huevos de oros.