Dejando de vivir y buscando auxilio

Estas últimas semanas he estado muy ocupada acabando mi proyecto final de carrera de periodismo, en mi casa turca no tengo televisión, además no entiendo más que lo básico de turco, por lo que no entiendo los periódicos. Existe un periódico que se llama TodayZaman que es en inglés pero no lo he comprado.

Pero tengo internet, estoy al día de lo que ocurre en el mundo, de lo que ocurre en Haití. Me cuentan que en España hay sobrecarga de información.

Yo, con mi información, he sentido una tremenda pena.

Algunos amigos me envían e-mails pidiendo colaboración con ONG´s, otros están iniciando proyectos también para ayudar. En Facebook y otras redes sociales ocurre lo mismo. David ha escrito unas palabras bellísimas en relación con el tema, http://www.david-canos.net/2010/01/16/el-silencio-del-ocaso/.

Hoy por primera vez me he detenido a ver la galería de fotos de la Cadena Ser. Antes, quería tener información sobre lo que estaba ocurriendo pero sin necesidad de verlo. Ahora no tengo palabras. Es un horrible desastre, morgues en plena calle de gente que ha dejado de vivir, de otros que buscan auxilio. Miradas de desesperación, de ¿y ahora qué? Nadie les devolverá lo que han perdido. En algunas de las fotos aparecen fotos de niños sonriendo, de esperanza, ya no pueden hacer nada. Ahora toda la comunidad internacional se ha volcado con ellos, cientos de periodistas se encuentran allí buscando una explicación, testimonios de una catastrofe inconmesurable.

Tanto como amo el mundo no puedo no pronunciarme. Es la tierra moviéndose, viviendo. No se puede detener, siempre ha ocurrido así. Y siempre la humanidad se une para ayudar a sus semejantes. Semejantes a los que muchas veces no hemos escuchado, que han pasado años gritando auxilio. Pero el ser humano, como tal, tenía otras cosas de mayor relevancia para el día a día.

Algunos lo dejan todo cuando saben en la situación en la que se encuentran. Hay tanta gente sufriendo en esta tierra… y sólo son unos pocos los que miran de frente e intentan ayudar en uno de los tantísimos problemas que tiene este mundo en el que vivimos.

El mundo sigue girando, no sabemos quién será el siguiente, pero sabemos que las personas con menos recursos, los pobres, serán quienes sufran más. Lo que me hace plantearme en qué situación me encuentro. Soy una privilegiada, y como tal tengo que plantearme cómo poder ayudar, integrarme en los problemas de la vida como un componente más de la humanidad.

Y así poder seguir hablando de las puestas de sol, de los amaneceres, de las estrellas, de la sonrisas, del amor… del mundo y de nosotros, sus habitantes.

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