Un año más

¿Qué significa un año más? un año es una medida, para unos corta, para otros larga, todo depende de con qué lo compares. Mi forma de medir estos 24 años tiende a ser diferente. Y ahora me explico, en estos 24 años, de los que recuerdo cerca de 20, cuanto más miro atrás más difuso me parece todo. Reminiscencias de un pasado que mi mente quiere recordar así, puesto que tal vez, no ocurrieron tal cual los recuerdo.

Pero recuerdo algo de cada uno de los viajes que he hecho, porque todos me han enseñado algo. Algo sobre el mundo y sobre las personas.

Me gusta fijarme en los demás, sé que soy un poco voyeur porque me paso las esperas observando el comportamiento del resto… del que camina sólo con la cabeza gacha y haciendo girar entre sus manos un móvil que desea oír sonar.

O el de la mujer que analiza de forma penetrante a través de su mirada al atractivo hombre que acaba de pasar por su lado. Y el comportamiento de él, que no puede retirar la vista de los preciosos ojos de esta mujer. Ojos que ella ha querido remarcar dibujando en su contorno una estrecha y llamativa línea negra, y que es lo único que deja mostrar al exterior, puesto que el resto está tapado por un burka, y que parecen gritar ¡te deseo!.

A la conducta del niño que va agarrado por una mano a una joven azafata que no para de hablar y por la otra a un gran muñeco que es el que le da seguridad.

A la joven, que como yo viaja sola y va corriendo a coger el próximo vuelo o tren. Al señor mayor que se ha quedado maravillado viendo que desde una máquina puede obtener, y sin ayuda de nadie, su propio billete.

También examino al entusiasta ayudante de seguridad que empuja la silla de ruedas de una mujer que tiene una sonrisa enorme y que al lado tiene a su marido, que le responde a su mirada con un apretón de manos.

A los furtivos enamorados, que quieren pasar desapercibidos entre el gentío y entrar en un baño o en un cuarto oscuro a dar rienda suelta a su amor.

A la señora que aprieta contra sí misma su bolso, temiendo que alguien de este extraño mundo, lo quiera.

Y al vagabundo que sólo quiere calor porque está de vuelta. De vuelta pero ¿qué significa de vuelta? al igual que mi memoria, todo se me vuelve más difuso al hablar de ello. De vuelta ¿de dónde? se supone que siempre deberíamos estar entusiasmados con volver, pero, ¿y si no vuelves? cada vez que marcho sé que no volveré como me fui. Y tampoco volveré al mismo lugar del que partí.

Todo cambia, todo fluye, «panta rey». Vuelvo a mi ciudad, que me espera con el cielo de color violeta-rosado con el que yo la recordaba, con su frío viento, con su silencio, con su distante población. Me siento cerca y lejos. Cerca de mi casa, de mi familia, de los únicos con los que me siento segura, porque para nosotros no existen fronteras. Pero lejos de la gente de la calle, mis amigos ya no están, la mayoría partieron a otros lares y los que quedan ya no son los que recordaba. Nos separa un extraño e invisible muro que nos hace estar en diferentes sitios en el mismo lugar.

Y en otra ciudad me siento o extranjera o ciudadana del mundo. Es la población la que te hace sentir así. No me gusta ponerle nombres propios a las ciudades porque todo depende de los ojos que las vean. Pero me gusta reflexionar a cerca de los sentimientos que me inspiran. De las vueltas y de las partidas. De una ida y una vuelta que jamas se volverán a repetir y que merecen ser recordadas. Con sus penurias, con sus grandezas.

Y así es como se me pasan a mi los años, en un ir y venir que me enseñan a seguir.